LA PARROQUIA
“Vosotros sois como un edificio levantado sobre fundamentos que
son los Apóstoles y los Profetas, y Jesucristo mismo es la piedra
principal”
“La Parroquia es una determinada comunidad de fieles constituida de
modo estable en la Iglesia particular (Diócesis), cuya cura pastoral, bajo
la autoridad del Obispo Diocesano, se encomienda a un Párroco, como
su pastor propio”
Es el lugar donde todos los fieles pueden reunirse para la celebración
dominical de la Eucaristía. La Parroquia inicia al pueblo cristiano en la
expresión ordinaria de la vida litúrgica, la congrega en esta celebración,
le enseña la doctrina salvífica de Cristo y la lleva a practicar la caridad
del Señor en obras buenas y fraternas”.
La palabra “Parroquia” viene del griego Paroika. Muchos autores
cristianos utilizan el verbo parokein para dar la idea de una presencia
pasajera de los cristianos en el mundo. En el siglo II Paroika se convierte
en sinónimo de “comunidad cristiana” o “Iglesia particular”.
La Parroquia es como una fuente a la que todo el mundo viene a
calmar su sed, decía el Papa Juan XXIII . Es una fuente de agua viva
que Jesucristo ofrece a cada uno. Pablo VI decía que “la Parroquia
tiene una misión indispensable de gran actualidad; ella debe crear
la primera comunidad del pueblo cristiano”.
La Parroquia es el lugar donde los ministerios y carismas de todos los
fieles laicos, esenciales a la vida de la iglesia, pueden ser valorados. Ella
no es en primer lugar una estructura, un territorio, un edificio, una
comunidad de personas cumpliendo un cierto número de funciones
sociales; Ella es ante todo, la familia de Dios, fraternidad que no tiene
más que un alma, una casa de familia, fraternal y acogedora; es la
comunidad de los fieles.
Después de la familia, la Parroquia es la primera escuela de fe,
oración y educación moral” dijo en 1985 el Papa Juan Pablo II. La
Parroquia tiene por vocación reunir a los fieles de un territorio, sin
distinción de origen, status social o edad; no sólo por afinidades, sino en
razón de la proximidad. Reúne a los hijos de Dios que fácilmente se
podrían dispersar.